La figura del conserje ha cobrado un protagonismo indiscutible en la vida cotidiana de los edificios y condominios del país. En un contexto donde la seguridad, la convivencia y el mantenimiento son temas centrales, la capacitación formal de conserjes se ha transformado en una necesidad urgente para administradores y comunidades.
Lejos de limitarse al control de accesos o la recepción de visitas, el conserje moderno cumple funciones esenciales:
Este aumento en responsabilidades exige formación especializada, algo que muchos edificios sólo recientemente han comenzado a implementar.
OTEC y academias inmobiliarias a nivel nacional reportan un incremento sostenido en la inscripción de conserjes a cursos orientados al rubro. Los programas suelen incluir contenidos como:
La actualización profesional se ha vuelto especialmente relevante tras la implementación de nuevas normativas de seguridad y las exigencias de la Ley 21.442 de Copropiedad.
La capacitación no sólo profesionaliza al conserje: mejora directamente la calidad de vida de los residentes. Administradores señalan beneficios concretos:
Muchos comités de administración están solicitando personal capacitado como requisito mínimo para nuevas contrataciones.
Si bien aún no existe exigencia legal para certificar a los conserjes, el mercado ya está empujando hacia esa dirección. Las comunidades más grandes y los edificios modernos prefieren trabajadores que cuenten con acreditación formal y competencias actualizadas.
OTEC como Colegio Inmobiliario aseguran que esta tendencia seguirá creciendo en 2025, impulsada por la profesionalización del rubro y el aumento de edificios con alta carga operativa.
La capacitación de conserjes es una inversión directa en seguridad, convivencia y eficiencia. En un país donde la mayoría de las viviendas nuevas corresponde a edificios y condominios, contar con personal preparado ya no es un lujo, sino una herramienta imprescindible para el correcto funcionamiento de cualquier comunidad.